Self-destruction.

Un amor olvidado,
borrado por el rencor
y desgastado
por el impuesto a la vida.

El mio,
aprecio imperceptible
al reflejo en el espejo.
Yo no me elegí,
¿por qué vine hasta mí?

Me coloco tras la raya pidiendo socorro.
Escribo mensajes de auxilio
que envío en forma de botella.
Hago a los demás 
lo que no sería capaz de hacerme a mi mismo.
Los quiero,
les miento
y no lo soporto.

Dejadme volver a ser estrella
y me quedaré a vivir con ellas.

Solo,
más solo que el llanto de un chiquillo
perdido en tiempos de guerra.
Abrazado al árbol caído
encuentro el calor que una vez se me prometió,
pero atrapado en su salvia siento
mi estilo presumido de odio desmedido.
No lo soporto.

Me hice un sitio entre el hueco y el vacío
y en el primario estilo de la autodestrucción
hallé la manera de vivir conmigo.

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