El paso.
El país de mi destino me espera. Ya vengo, ya vengo pero cada vez me pesa más los cristales de colores que decoran la puerta del hogar. Surco como paloma los recuerdos de mi niñez, sintiéndome libre... dentro de mi jaula que no quiere verme crecer. Sé que no sé vivir. Admito mis miedos y miedo me da vivir sin ellos. Aquí desde mi sillón te pido, oh reina de la más vil condición, dame de tu poesía el valor para despertar en mi tierno corazón la voluntad de ser quien soy.