Taza y Azucarillo.

Un terrón de azúcar
le pregunta a una taza de café:
- ¿Qué eres?

La taza extrañada le contesta:
- ¿No lo ves?
Soy una taza de café.

A lo que el azúcar le responde:
- Entonces,
el día que ya no tengas café,
¿seguirías siendo una taza de café?

La taza confundida le dice:
- Que cosas dices... 
¡Claro que seguiría siendo una taza de café!
Aunque no tenga café sigo siendo una taza.

El azúcar insiste:
- Pero si dejas de contener aquello que te determina,
¿qué sentido tienes?

La taza cansada de sandeces le pregunta:
- ¿Y qué hay de ti?
¡Tú solo eres azúcar!
Si te bañas en mi café te diluyes y ya no eres nada.

El terrón con calma y seguridad le responde:
- No viejo amigo.
Mi integridad me permite seguir siendo azúcar.
Aunque me partas, disuelvas o destruyas,
seguiré siendo quien que soy. -

La taza regresó a su vitrina enrabietada,
pensando en que si nunca nadie vertía café en su interior,
cualquier tipo de existencia carecería de sentido.
En cambio el azucarillo no esperaba nada,
era lo que era y sabía que no tenía que hacer nada
para seguir siendo aquello que lo determina.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Quizá, no sé.

Más allá de las nubes.

Vestido de primavera.