Brindis por nuestros pecados.

A veces pasa,
a veces cuesta,
a veces piensas,
a veces nada.

Todo se mezcla al unísono,
se condensa
y desequilibra la balanza.

Buscando compañía cuando solo quieres una.
Intentando mantener la cordura cuando la casa te deja a solas.
Todo avanza,
todo cambia,
la felicidad se transforma
y te adaptas a ella.

No hay más motivo que seguir.
Ya pasó el momento de dudar
entre parar a tiempo
o soltar el freno,
decidí la opción que me ha llevado hasta aquí.

Baila-me reina gitana,
aunque el camino sea de piedra
y tus tobillos demasiado cortos.
A tu son se tambalea el orden
que a mi esqueleto le da forma.

Desde mi pequeño baso de calavera,
brindo por nuestros pecados,
así nos traiga la fortuna
la buena nueva que ando esperando.

Salud.

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