Es libertad.
Erase un hombre, que no quería amores.
Yacía con todas pero no recordaba a ninguna.
Ansiaba la libertad más que a todas las cosas.
No le importaba herir,
pues lo que más temía, era ser herido.
Encontróse un día con la Dama,
no una cualquiera, sino la que él quería.
Mintió y reafirmó por ella,
pero no le correspondía.
Sintióse solo y perdido,
libre del todo para sufrir a su manera.
Tal tormento, por no saber amar.
Decidióse un día a confesarse sin más:
¡Pídeme lo que quieras, pues todo te lo puedo dar!
La Dama, conocedora de placeres y desconfianzas, le dijo:
Quizá tú todo me lo puedas dar,
pero lo que yo más ansío,
es libertad.
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