Desenlace final.

Las piedras tiemblan al paso de la bestia.
El jinete azota a la pálida yegua con esperanzas de encontrar un nuevo hogar.
El atardecer está por despuntar al reclamo de los aullidos del coyote.
Desgarbado y maltrecho, 
el ya anciano cowboy aminora el paso con cada aliento que escapaba del gélido abrazo de su alma condenada...
Su aura negra torna los campos en desiertos.
Nada escapaba del alcance de su lazo.
Pero siempre existe un último rayo de luz que sabe perdonar a los malditos.
Ella, su amada jaca, quien resiste el incansable castigo de las espuelas de su amo
por poder cabalgar a su lado.
Conoce su secreto y resiste consigo la pesada carga de conducir al caballero de la noche
hasta su próxima cruzada.
Ya ni los buitres se atreven a sobrevolar su sombrero.
La noche es larga y hay almas que tomar.
El camino de la vida y la muerte proseguirá
hasta encontrar su desenlace final.

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