El paso de la tortuga.

El largo camino propicia encuentros misteriosos.
Al paso de la tortuga
se puede gozar del ciclo del amanecer
tantas veces se quiera,
pues la ilusión y la emoción no descansan por la noche.
Ver como tantos pies cansados se tiran a la cuneta
incapacitados para seguir
y saber que un respiro oportuno
te puede llevar mas lejos que la determinación ciega.
Encontrar gravados los restos de sangre,
sudor
y lagrimas
que el tiempo ha cicatrizado en las grietas del asfalto.
Perder el miedo a perder,
ya que todo lo que viene es nuevo
y el decir adiós
es aprender una lección que te fortalece.
La vista que un día correrá el telón
podrá sonreír con el recuerdo de los monumentos
dilapidados por el peso de la historia.


Los cuentos y enseñanzas que transmitir
valdrán mas que todo el oro del mundo
arrojado a la fuente
para pedir un deseo;
el deseo de haber sido capaz de emprender aquel viaje.

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