Asco de verano.

 Han pasado dos horas desde que me fui a dormir.
Es verano, hace calor  y estoy desesperado.
Me arrancaría la piel a mordiscos
con tal de sentir una brisa.

A veces fijo la mirada en el techo deseando estar muerto.
No porque mi vida sea una mierda,
los hay que están mucho más jodidos que yo.
No, no es porque mi vida sea una mierda,
es por el asco que me causa ésta vida de escaparate.
Corre, para, observa un segundo y aléjate.
Olvídate del anuncio.
Deja que el recuerdo se esfume en la nada
como los detalles de un sueño psicotrópico.

Se supone que debo aspirar a ser alguien
como si no lo fuese ya por el acto de nacer.
¿Quien inventaría semejante estupidez?

Me da asco mi propia existencia.
Despertar sudado,
batallando contra el odio que duerme a mi lado
recordándome todos los días que aun no he publicado mi libro.
Como si alguien en este maldito mundo
le importase lo más mínimo lo que escribo.
Aquí sólo importan los números.
No importa lo idiota que seas
mientras sepas hacer sonar la flauta de Hamelín.

Me da asco toda ésta generación sobre protectora
que se gastan los cuartos por ver a su payaso favorito en la tribuna
y le quitan la corteza al pan bimbo.
¿Pues sabes una cosa?
Yo soy la puta corteza del pan bimbo.

Sólo te pido, mi querido lector,
que si te cruzas conmigo bajo la radiación estival
no te acerques a saludarme.
Porque lo más seguro es que te salte al cuello
y trate de matarte
con tal de sentir una brisa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Quizá, no sé.

Más allá de las nubes.

Vestido de primavera.